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Bhagavadgita

Catálogo

Bhagavadgita. El canto del Beato

PVP 19,00


La Bhagavadgîtâ forma parte del VI libro del Mahábharata, la gran epopeya hindú atribuida al legendario Vyása. Es una obra poética y filosófica cuya ejecución data del siglo V a.C.; junto a las Upanisad clásicas y el Brahmasütra, constituye la Prasthánatraya, la "Triple ciencia" del Vedánta.
Aparecida en un momento de contrastes y de nuevas exigencias interiores del pueblo hindú, la Bhagavadglta contribuyó a mantener viva la llama del Conocimiento upanisádico gracias a su búsqueda de los valores absolutos de la Realidad y a la pacificación de las disputas filosóficas y espirituales de su tiempo, haciendo comprender la unidad de la Verdad en sus múltiples aspectos, dando así a todos, de un modo sabio e iluminado, la oportunidad de seguir sin conflictos doctrinarios el sendero adecuado a cada cual.
En el "Prefacio" del libro, Ráphael indica cuatro puntos esenciales para poder comprender el texto en su justa dimensión:

- Comprensión tradicional del concepto de Divininidad.
- Comprensión del momento y de los eventos que determinaron el nacimiento de la Gitá.
- Comprensión tradicional de los órdenes sociales.
- Comprensión  del  justo  acercamiento  a los diversos senderos que conducen a la
Divinidad.

El valor de la Gitá es enorme si se piensa que está basada en la acción, aquella acción que es el fundamento de la vida y a la cual nadie puede sustraerse o renunciar. Ésta desvela el secreto de "actuar sin actuar" en un mundo compenetrado de movimiento y de conflicto. Bajo esta perspectiva, la Gitá puede ser de fundamental importancia para los occidentales, quienes están esencialmente más inclinados a la acción que a la contemplación.
Quien se encuentra en el plano de la acción, para no convertirse en esclavo y súcubo del activismo, debe comprender ese perfecto actuar carente de deseo-apego aprisionador y trascender las cualificaciones individuales. De hecho, donde impera el yo individual y separador, se desvelan, además, sus atributos aberrantes, causa del conflicto y del dolor; y el individuo que se coloca en una condición tal, antes o después, no puede no encontrar, como Arjuna, su propio campo de batalla (kurusetrá) o campo de disciplina y de reeducación energética (tapahsetrá).
El comentario de Ráphael se despliega a lo largo de un filón psicológico, filosófico e iniciático con particulares referencias a la iniciación ksatriya (orden social de los legisladores y de los guerreros).
Bajo ciertos aspectos, dice Ráphael, todos somos ksatriya, porque todos estamos empeñados en la lucha, a veces desigual, entre el conocimiento-vidyá y la ignorancia-avidya. La Bhagavadgíta, como cualquier auténtica enseñanza tradicional, no nos señala actitudes quietistas o fatalistas, ni motivaciones para una eventual fuga, sino que nos clava a nuestra propia responsabilidad ("Constreñido por el karma - inherente a tu naturaleza- un día harás, a pesar de tu voluntad, lo que, en tu extravío, te negaste a cumplir") y a nuestro imprescindible dharma-deber
, el de comprender, transformar y trascendernos a nosotros mismos.

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