Vaya al Contenido

Menu Principal:

Biografía de Sankara (VI)

Unidad de Tradición

Encuentro con Govinda
La mayor parte de las biografías coinciden en el hecho de que este encuentro tuvo lugar cerca del manantial del que nace el río Narmada…  El lugar es conocido como Amarakanta o Amarakantaka, que viene del nombre de una cumbre cercana y también de un pueblo que aún hoy es meta de peregrinaje… En este sagrado lugar vivía el asceta Govinda a intervalos regulares de tiempo,
alternando su permanencia allá con periodos transcurridos en el eremitorio de Badarinatha, en el Himalaya, a los pies de su maestro, Gaudapada.

Mientras Govinda se encontraba en Badarinatha, recibió en sueños la orden de Visnu de dirigirse rápidamente a Amarakanta, donde un nuevo alumno de dotes divinas le sería presentado. Tan pronto como se despertó, la misma orden le fue dada por Gaudapada, su maestro, por lo que Govinda se apresuró a obedecer.

Un tiempo después, Sankara se aventuró en una caverna escoltada por un árbol de vata y se encontró de frente con una asamblea de ascetas reunida en torno a un anciano de aspecto venerable, profundamente absorto en ese estado de concentración en el que la consciencia de toda distinción entre sujeto y objeto está ausente, estado que es llamado samadhi. Colmado de admiración, Sankara completó hasta tres vueltas a la caverna en sentido horario, con las manos unidas en señal de respeto. Luego, acercándose a Govinda, se postró ante él entonando el celebérrimo verso de saludo: “Me inclino ante Govinda, suma beatitud, mi Maestro”, y continuó rindiéndole alabanzas como Adisesa, quien en épocas anteriores descendió a la Tierra como Patañjali, para después descender en la forma presente.

Saliendo del samadhi, Govinda preguntó al niño acerca de su identidad. Sankara respodió componiendo allí mismo la Dasasloki (Himno de alabanza en diez versos); con versos elegantes negó la identificación con los elementos materiales, con la mente, con el pensamiento cognoscitivo, con las castas, con los estadios de vida, etc., reafirmando en cada estrofa su identidad únicamente con Siva. Los ojos de Govinda se llenaron de lágrimas de gozo y también Sankara lloró. Se narraron mutuamente los sueños que les habían portado hasta ese encuentro y, al final, el muchacho divino preguntóa a Govinda si podía ser su maestro…

La línea de los maestros en la que Sankara entraba, que pasaba por Govinda, Gaudapada, Suka y Badarayana, remontaba a través del maestro de éstos, Parasara, al vidente védico Vasistha, Padre de Parasara (o al padre de él, Sakti). La enseñanza del Kevaladvaita le había llegado a Vasistha directamente de Siva y de Visnu a través de Brahma, según el tono sivaita o visnuita de la tradición.



Ir a la página anterior **** Ir a la página siguiente

Regreso al contenido | Regreso al menu principal